Al abrigo de la noche, salen a relucir todas
las incoherencias de mi mente,
todos los miedos, todas las vergüenzas de las
que me arrepiento constantemente.
El pensamiento cohibido, la lengua muda, la
emoción pura desnuda.
Sentimientos y emociones encerradas en
caparazones,
acalladas por el asfalto y el sueño de las
pensiones.
El futuro, que no tengo, y el presente, que
desaprovecho.
No quiero más visiones, no quiero esperar a
nadie.
Ésto es lo que eres, toma partido,
comprende por fin que nadie te ha callado,
has sido tú la que llevas 30 años
reflexionando,
aprendiendo y escuchando.
Puede que sea la hora de que dejes de repetir y
comiences una senda propia,
ya no eres una niña que necesita ejemplos.
Ahora eres una mujer que necesita liberar sus
pensamientos.