Puede, que los comienzos sean siempre buenos finales,
puede que las sorpresas no sean siempre felicidad a raudales.
Quizás mañana todo acabe
o simplemente acabemos de leer un libro para empezar otro
con ganas infinitas de empaparnos de nuevo contenido.
De vivir, de soñar, de imaginar,
de amar, de abrazar, de dejarnos llevar.
De saber que quien nos rodea no nos va a dejar caer,
de hacer parapente con la calma de que vamos a volar.
Porque sin alas podemos volar,
porque valen más mil pájaros en la cabeza
que no tener ninguna idea